Una Historia de Lucha y Superación

Después de tres años de injusto encarcelamiento, Nicaury Elizabeth Encarnación finalmente recuperó su libertad. Este caso resalta no solo los desafíos de enfrentar un sistema judicial imperfecto, sino también el poder de la perseverancia y el amor familiar para superar adversidades.

Acusación Injusta y Encierro
La pesadilla de Nicaury comenzó cuando un asalto ocurrió en su local. A pesar de no tener relación alguna con el delito, una de las clientas presentes la acusó de complicidad. Según su hija Erika Jehssel Encarnación, esta acusación fue resultado de un acto de venganza, ya que Nicaury había denunciado previamente a un hombre llamado «Frank» por intentar abusar de otra de sus hijas.

Erika también reveló que Joselin, la mujer que la acusó, actuó en complicidad con los asaltantes para incriminarla. Además, un hermano de Joselin llegó a amenazar a Erika, aumentando la gravedad de la situación.

En noviembre de 2022, Nicaury fue sentenciada a ocho años de prisión. Sin embargo, gracias a una campaña en redes sociales impulsada por Erika y la intervención del abogado Andrés Toribio, su caso tomó un giro esperanzador.

Lucha por la Justicia
Erika Jehssel Encarnación se convirtió en el motor detrás de la liberación de su madre. A través de las redes sociales, denunció la injusticia y buscó apoyo para revertir la condena. Tres días después de la sentencia, el abogado Andrés Toribio se unió al caso, logrando adelantar su libertad con argumentos sólidos que evidenciaban las irregularidades en el proceso.

El 16 de diciembre de 2023, un juez ordenó la liberación de Nicaury, permitiéndole regresar a casa antes de la Navidad. Esto marcó el fin de una etapa de dolor e incertidumbre para toda la familia.

Resiliencia y Aprendizaje
Durante su tiempo en la prisión de Najayo Mujeres, Nicaury no se dejó vencer por las circunstancias. Aprovechó cada oportunidad para capacitarse, obteniendo 32 diplomas y aprendiendo servicios de belleza, lo que le permitió mantenerse ocupada y fortalecida emocionalmente.

Aunque enfrentó momentos de desesperación, su fe en Dios fue un pilar fundamental. “Oraba constantemente, pidiendo a Dios que me liberara de esta injusticia”, compartió Nicaury.

Un Nuevo Comienzo
Ahora, Nicaury está enfocada en reconstruir su vida junto a su familia. A pesar del sufrimiento, no guarda rencor hacia quienes la acusaron. Su prioridad es aprovechar esta segunda oportunidad para estar presente con sus seres queridos.

Nicaury también expresó su deseo de que su historia inspire mejoras en el sistema judicial y brinde esperanza a otras personas que enfrentan injusticias similares.

Final
El caso de Nicaury Elizabeth Encarnación es un recordatorio del impacto de la perseverancia, la fe y el amor familiar. Su liberación es un triunfo no solo para ella, sino también para quienes creen en la justicia y el poder del cambio.

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